Menos mal que el Gobierno les ha parado los pies a Cifuentes y a Torres Dulce sobre las pretensiones de ambos de recortar o de reformar las condiciones del derecho de manifestación. Pero, una vez conocida la posición oficial del Ejecutivo, conviene dejar bien claro lo que en las últimas horas han dicho estos dos y en especial, y por su destacada posición, el fiscal general.
Este cinéfilo fiscal general del Estado que es Eduardo Torres Dulce (“de membrillo”) se está convirtiendo en un latente peligro para la democracia y la libertad de expresión. Y no solo porque tapa a la infanta Cristina, para que no declare ni sea imputada en el caso Nóos de su amado esposo Urdangarin. “La Pantoja tiene razón” decíamos ayer en un artículo dedicado a José María Lasalle que ahora le recomendamos a Torres Dulce para que lo lea (está al pie de esta página) cuyas sus últimas declaraciones sobre el derecho constitucional de manifestación constituyen un atentado contra la libertad de expresión y la propia Democracia.
¿De dónde se ha sacado el fiscal general el argumento de que un ciudadano no puede manifestarse criticando las instituciones y el vigente modelo de Estado? Diciendo como ha dicho: “no puedo otorgar carta de naturaleza a la explotación de un legítimo malestar social como medio de deslegitimación en bloque de la forma de Estado, de las Cámaras representativas, y de sus titulares con a veces grave quebranto de la convivencia democrática”.
Pero ¿quién se ha creído que es Torres Dulce -o Torres “Duce”, vistas sus soflamas anti democráticas- para él “otorgar cartas de naturaleza” de no se sabe qué, o pretender “regular” el derecho de manifestación, siguiendo las invectivas de la “loca” Cifuentes en contra de la democracia, la libertad y la Constitución? ¿Pero qué broma es ésta de que los manifestantes “socaban el Estado de Derecho”, porque denuncian a la clase política, las instituciones, los escándalos de corrupción y el mal y acobardado Gobierno de la nación?
Pero vamos a ver, Torres Dulce, ¿acaso no es Artur Mas el que socaba el Estado de Derecho incumpliendo las sentencias del Tribunal Supremo y del Constitucional sobre la lengua castellana en Cataluña, o ahora cuando ajuncia un Estado independiente de Cataluña o la convocatoria de un referéndum ilegal? Y ¿qué hace la Fiscalía del Estado al respecto de todo ello? O ¿qué es eso de que la Infanta Cristiana no tiene que declarar en el caso de Nóos, Aizoon y Urdangarin y la Pantoja sí? Pero ¿no conoces, entre otros, el artículo 122 del Código Penal? Y te pregunto ¿es cierto que has dado instrucciones a la Fiscalía de Palma para tapar a la Infanta? Y ¿no habría que investigar las insinuaciones o casi acusaciones de The New York Times sobre las finanzas ocultas del Rey, aunque sea “inviolable”? Y ¿qué pasa con los indultos a los políticos corruptos de Unió acordados por Rajoy, o con la Ley de Amnistía a los defraudadores, e indultos a los banqueros? Y ¿a que está esperando la Fiscalía del Estado para acusar de estafa y alzamiento de bienes a los banqueros de la quiebra de bancos y cajas de ahorro, y el timo de las preferentes?
Todo esto y los políticos corruptos que no cesan de aparecer en Cataluña, Andalucía, Valencia, Galicia, etcétera son los que hoy “socaban” el Estado de Derecho. Insisto Torres Dulce, -o Torres “Duce” si continúas por ese camino-, lee el artículo de Marcello de ayer dedicado a Lassalle (que tienes a pie de página), a ver si aprendes algo sobre lo que es una Democracia. Y abandona ese peligroso discurso “postfranquista” de los “grises” de ahora en contra de los manifestantes. Los que pueden decir lo que les de la real gana de las instituciones, la presunta democracia española, el Gobierno y el fiscal general del Estado, Torres Dulce y de su colega y ministro de Justicia, Gallardón, que vaya dos patas para un banco, “malo” por supuesto.
Además si discrepas de la reforma del Código Penal de Gallardón dimite y vuélvete a las tertulias del cine en blanco y negro que eso lo haces bastante bien. Pero mucho cuidado con lo de “regular” la libertad de expresión y lo de sacar, como pretende Cifuentes, las manifestaciones del corazón de Madrid. Lo que nos faltaba en el país es la “omertá” impuesta por este pésimo Gobierno que no da la cara, gobierna por decreto, huye del Parlamento -al que ahora pretendéis defender y que no está a la altura de las circunstancias- y no es capaz de hacer frente a los desafíos secesionistas de Artur Mas con algo tan sencillo como decir la verdad de las cuentas de la relación de Cataluña con el resto del Estado, que es lo que debe de decir y explicar con todos sus datos Mariano Rajoy, el ausente presidente del Gobierno español. El mismo al que Mas le ha dado una patada en el trasero desde Cataluña, al proponer el Estado independiente catalán, con lo que ha dejado en ridículo y echado por tierra la pantomima de la Conferencia de los Presidentes, “mudos”, de las Autonomías. Menudo “éxito”. O sea que o Torres Dulce de “membrillo”, como poco, pero si sigues por el camino del recorte de las libertades te tendremos que llamar, o Torres “Duce” de membrillo, con riesgo incluido de acabar en la cárcel por desacato ¡a la autoridad fiscal! Pero no te equivoques la ley del silencio no va a progresar y al pueblo español no lo vais a callar. Vamos a ver si en los gobernantes y la Fiscalía se recupera el sentido común y sobre unas bases democráticas y de libertad se va recomponiendo todo lo demás. Ya está bien con los recortes del gasto social, no empecemos por los recortes de las libertades y la democracia porque eso acabaría muy mal.
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