Ella, de nuevo
En la visita tempranera a las zonas incendiadas de la Comunidad de Madrid, la presidentaAguirre entró en crisis al ver que, atraídos por su presencia, acudían periodistas de esa tele sobre la que proyecta desde hace años su sombra. La presidenta, así lo muestra uno de esos vídeos chivatos que tantos cabreos de autoridades nos están brindando, deambula por la escena preguntando quién les ha dicho a esos pelmazos que fueran a dar cuenta de su visita. Se acerca finalmente a un cámara y a una redactora y les pregunta sumariamente que por qué están ahí. Y la joven, cuya carrera se ha forjado en unos tiempos en el que los políticos hablan y los periodistas toman nota, contesta que ellos solo han ido para informar sobre el destrozo ambiental.
Ahora la presidenta dice que ella quería hacer esa visita en privado por discreción, cuando si hay una cualidad que no define exactamente a la presidenta es el ser discreta. Poco discreta es a diario su presencia en Telemadrid. Hay momentos en los informativos que parece que están emitiendo publirreportajes de las hazañas de Aguirre.
De cualquier forma, esta historieta tiene otra significativa vuelta de tuerca: los incendios se han convertido en los últimos veranos en los lugares a los que políticos acuden para aparecer (todavía más) en el telediario y dar una opinión que estaría mejor expuesta en boca de un experto. Y hay una especie de acatamiento acrítico por parte de todos, de editores de telediarios y hasta de espectadores. Parece que ya no hay guardas forestales. O jefes de bomberos o alcaldes. Lo que importa es lo que digan los altos cargos políticos.
De modo que, por una vez, estaría de acuerdo con la presidenta, para qué sacar una vez más a la reina de ubicuidad. Aunque su queja resultó cómica. Ella más que nadie sabe que ese canal está hecho a la medida de su personaje.
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