La sanidad autonómica mantiene su plantilla de altos cargos pese a los recortes
El organigrama administrativo multiplica por 17 el aparato del Ministerio La sanidad española está más que quemada con los recortes salariales. Los cerca de 400.000 médicos y enfermeras que trabajan en el sistema público han puesto en su punto de mira a los políticos, altos cargos, asesores y puestos de confianza que pueblan la tupida red administrativa de la sanidad autonómica. "La reforma necesaria es recortar políticos", disparan desde la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, ante su pérdida salarial del 27 por ciento desde 2010. Saber cuántos altos cargos, directivos y puestos de libre designación hay en la sanidad autonómica es una tarea que ya ha emprendido el Ministerio de Hacienda, al pedir información sobre retribuciones, plantillas y tipos de personal de todas las administraciones. La sanitaria es una de las más abultadas. Cada comunidad ha replicado en sus consejerías de Salud el organigrama administrativo del Ministerio de Sanidad hasta tejer una densa red burocrática que se nutre de los presupuestos regionales. Las autonomías dedicaron más de 30.000 millones de sus presupuestos sanitarios (69.000 millones) a pagar las nóminas de las 583.000 personas que emplea la sanidad pública, donde sólo 400.000 son profesionales sanitarios (una simple resta nos da 183.000 chupópteros) . Desde que se transfirieron las competencias sanitarias a las diez comunidades del antiguo Insalud en 2001, el gasto salarial ha subido a un ritmo interanual del 9,7 por ciento, según las últimas cifras comparadas de 2009. Además de los 17 consejeros del ramo con sus directores de gabinete y asesores, los organigramas regionales cobijan seis viceconsejerías, 20 secretarías generales o técnicas, 69 direcciones generales, además de 17 servicios regionales de salud, que son quienes realmente gestionan la asistencia de los ciudadanos a través de más de un centenar de gerencias, agencias, institutos, servicios provinciales, fundaciones o consorcios, según un chequeo realizado por este diario. Murcia, por ejemplo, acumula diez órganos consultivos distintos, Baleares cuenta con cinco fundaciones o tres consorcios añadidos dependientes de su Servicio de Salud y once comunidades financian aún su propio Defensor del Paciente. Es lo que denomina "grasa inútil", que se ha ido almacenando en los últimos 30 años. "Si se quieren pedir sacrificios salariales a los profesionales, antes hay que eliminar grasa inútil". Desde el sindicato enfermero Satse, se reclama a la Junta la reducción del 50 por ciento de altos cargos en la administración andaluza y la eliminación de asesores de confianza política, puestos de libre designación y gastos de protocolo. El secretario general del sindicato médico madrileño AMYTS, Julián Ezquerra, cree que "sobran cargos directivos en los centros sanitarios" y pide que se recorten direcciones, subdirecciones, directores asistenciales, médicos y enfermeras de apoyo a los centros o directores de continuidad asistencial cuyos requisitos para ocupar estos cargos son además "inexistentes". Prueba de esta inflación de cargos y estructuras es que "el Insalud gestionaba todo con un director general y dos subdirectores". Los médicos ven con escepticismo este proceso y continúan su batalla ante los problemas de liquidez para pagar las nóminas de comunidades como Cataluña y los recortes salariales impuestos por Rajoy. Diez sociedades científico médicas presentaron el pasado jueves sus propuestas para superar la crisis y una de las recetas fue acabar con los problemas de coordinación. "La descentralización se ha convertido en un problema porque se han creado duplicidades", sostiene Juan Jesús Cruz, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica. Unas duplicidades que las CCAA parecen empeñadas en mantener. |
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