sábado, 11 de agosto de 2012

El destino........tiene cada cosa..........



NEscrito por Mario Conde....en Fundación Civil y Democracia.......y no los visitantes de otro planeta no opinamos.....solo publicamos....vosotros ..."terricolas y terricolos"....sois los que debéis arreglar vuestro bonito planeta....









Hace ya algunos días, una mujer casada, de profesión Profesora Titular de una asignatura de Derecho, afiliada al PP desde años atrás, decidió darse de baja de esa formación política. Entró en la página web del Partido, localizó el teléfono para tales fines y efectuó la llamada de rigor. La persona que la atendió al otro lado de la línea le indicó que debería llamar a un número especial que le facilitó. La profesora, obediente y decidida,  lo marcó, y no una sino varias veces, con esa perseverancia propia de quien ha tomado una decisión que considera importante en su vida. Pero todos los intentos, absolutamente todas las llamadas resultaron vanas. Ninguna respuesta al otro lado de la línea,  por lo que retomó el primero de los números, lo marcó de nuevo, volvió a escuchar la misma voz, le transmitió a la persona que atendía que nadie contestaba en el teléfono cuyo número le suministró minutos antes, y obtuvo como respuesta un nuevo indicativo y otra vez la sugerencia de que llamara a ese teléfono que ahora le proporcionaba. La profesora ejecutó disciplinadamente la orden/sugerencia recibida pero se encontró con idéntico resultado: nadie atendía, así que no le quedó mas remedio que volver al primero de los números marcados y con un tono respetuoso pero conteniendo ciertas dosis de disgusto le transmitió  a la señora -porque era una mujer la que recibía y contestaba llamadas- los sucesivos fracasos, a lo que la trabajadora del PP le advirtió con cierta energía que tenía que darse cuenta que el horario de tarde era de cinco a ocho. La profesora, algo perpleja, le contestó que eran la siete de la tarde y que no estaban en Canarias…Renunció a seguir ese camino y decidió enviar un correo.
Así lo hizo el martes 24 de Julio a las 11:19 de su mañana con el siguiente texto: “Buenos días, estoy afiliada a su partido en la sede del distrito de Salamanca, en Madrid. Les ruego que me den de baja, así como que confirmen a vuelta de correo tal baja.  Mis datos son: ..”
A las 12.25 de ese mismo día, la profesora recibe un correo. Su remitente se identifica así:”Distrito de Salamanca (Madrid) <distritosalamanca@pp.es>”. No cabe duda de que se trata del Partido Popular. La profesora pensó que, dado que el “asunto” del correo giraba bajo la expresión “confirmación baja”,  se trataría de una breve comunicación de que su baja había sido ejecutada. Quizás le preguntarían algo a efectos estadísticos por si buenamente quería responder. Pues no. Lo que leyó en el texto recibido del PP la dejó nuevamente perpleja, pero esta vez con una tendencia muy rotunda hacia una profunda indignación. Para comprender el estado de ánimo de la profesora universitaria transcribo literalmente el contenido de la carta:
“Buenos días:
 Necesitamos que nos envíe una carta (nos vale por mail) explicando brevemente los motivos para que la llevan a darse de baja. Si no, nos admiten la baja en Génova. Más tarde la tienen que tramitar en la sede regional, así que hasta después de verano no creo que sea firme, pero nosotros procederemos a borrarla de nuestros archivos para que no reciba más comunicaciones nuestras.
 Un saludo”
No hace falta ser profesora de Derecho, ni abogado del Estado, ni siquiera estudiante de primer curso de carrera  para darse cuenta de que esa contestación es, en una primera aproximación, algo de no recibo. Y no solo porque quien la redacta evidencia escasas dotes en el arte de escribir adecuadamente, porque eso de “para que la llevan a darse da baja” no parece algo muy ajustado a conocimientos elementales. Admitamos que, en general, el modo de redactar la carta no pasaría un examen de Primaria. Pero, en fin, esa penuria en redactar indica algo, y algo nada desdeñable, sobre todo tratándose del Partido que gobierna estos momentos España, pero el fondo, el contenido de la carta tenía tanta enjundia que esos elementos exteriores, por muy chirriantes que resulten a personas que aprecian algo la estética en su diferentes facetas, decayeron en interés para la profesora afectada.
Porque el remitente del texto, esto es, el Partido Popular,  mas o menos venia a pedirle explicaciones de lo que sucede en el alma, espíritu o interior de la profesora, y lo hacía  con el requerimiento de que por carta concretara “los motivos que la llevan a darse de baja”. Dicho así, sin mas, es una severa impertinencia. ¿quien es un partido político para pedir a un afiliado explicaciones acerca de los motivos que le llevan a desafiliarse? Como mínimo, tirando muy por lo bajo, una radical impertinencia. De acuerdo en que puede integrar otros calificativos, incluso en el sereno campo del Derecho, pero es que esa explicación reclamada, y aquí viene lo intolerable, se considera requisito imprescindible para que se admitiera la baja, porque de no llegar esa carta aclaratoria, “no nos admiten la baja en Génova”.
Esto es ya mas serio y  tiene todo el aspecto de una suerte de coacción. Y ahora no utilizamos esta palabra en su sentido juridico-penal, sino coloquial: alguien que pone condiciones que no tiene derecho a exigir a otra persona para que esta ejecute un derecho no sujeto a condición alguna. Nadie le pidió explicaciones de por qué se afilió al PP. Nadie puede pedirle esa suerte de aclaraciones cuando ha decidido darse de baja. Se trata en ambos casos, alta y baja, de un derecho constitucional no sujeto a requisitos que implican un desnudo de intenciones, pensamientos, sentimientos,emociones o razones interiores.
La Profesora, que casualmente estaba envuelta en unos estudios sobre la custodia de datos, de modo sereno, pero implacable, les mandó de vuelta un correo en el que les decía a esos señores del Distrito de Salamanca del PP:
Buenos días, 
teniendo en cuenta su respuesta voy a hacer una consulta a la Agencia de Protección de Datos al objeto de asegurarme que es necesario este requisito para solicitar la baja de un fichero. En caso de que así sea, aunque me extrañaría porque entiendo que vulnera el derecho de oposición y cancelación que recoge la Ley, no tengo inconveniente en trasladarle los motivos de mi baja. 
Un saludo. 
Muy aséptica, muy jurídica, escasamente incendiaria, con tono que rebela un malestar profundo y una cierta admonición de que pueden estar violando seriamente la Ley de Protección de Datos, algo que la profesora entiende se produce sin la menor duda, aunque utilice, por eso de la educación y en cierto modo la falsa modestia, la expresión “me extrañaría”.
Es noche, la profesora cenaba con unos amigos en un conocido restaurante madrileño. Comentó con ellos el incidente. Unos de los comensales era votante del PP y dijo sentir sonrojo, pero después de leer los correos que le mostró la profesora, porque dudó, con mucha educación, de que algo así pudiera ser cierto. Pero lo era.  Alguien se atrevió a decir: ¿no será que hay mucha gente dándose de baja del PP? Quizás no solo del PP. Si tienes penuria económica y encima no te sientes representado por lo que hace el partido al que pagas cuota es lógico que pienses en darte de bajo. No hay datos ciertos, pero es posible.
Lo curioso del caso, además de lo descrito, es que la Profesora se llama Maria Perez-Ugena y está casada con Mario Conde. El Destino tiene cada cosa….

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